Como si se tratara de un embarazo, Amélie Nothomb da a luz cada 9 meses un nuevo libro, eso leí una vez en una entrevista en la que ella misma comentaba esto como su metodología de escritura, cada libro es como dar a luz una vez al año.
Su último alumbramiento es Primera Sangre, un libro Nothomb en estado puro.
La verdad que no puedo enrollarme mucho más sobre ella y lo mucho que me gusta, porque por aquí ya he repetido hasta la saciedad que es mi escritora preferida de todas y todos, que mi obra preferida de ella es Metafísica de los Tubos, que he leído todo lo que se ha traducido al castellano y que a la que sale un nuevo libro suyo voy ese mismo día a comprarlo para devorarlo.
Me quedé muy triste porque no pude conseguir entradas para la presentación de Primera Sangre en el Instituto Francés de Barcelona al que asistía ella junto a Sergi Pàmies, el traductor habitual de Nothomb además de escritor.
En Primera Sangre Nothomb habla en boca de su padre y de las vivencias de éste desde la infancia, en un tono al que la escritora nos tiene más que acostumbrados, con sátira, diversión y drama.
Es su libro número 30 y ella se lo dedica a su padre Patrick Nothomb, recientemente fallecido, revisando diversos momentos de su vida, arrancando y finalizando el libro en el 1964 cuando siendo cónsul en la República Popular del Congo tiene que gestionar un secuestro y un casi fusilamiento propio, hecho que desencadenó en el posterior nacimiento de Amélie como se menciona en el libro.
La escritora nacida en Kobe narra de una manera sagaz y elegante los primeros años de vida de su padre todo en primera persona, como suele ser habitual en ella, desde el nacimiento de su padre y fallecimiento del que sería el abuelo de Amélie, pasando por la depresión en la que la madre de Patrick se suma y el rechazo a éste.
Las visitas al castillo de Pont d’Oye de su abuelo paterno, el militar y poeta Pierre Nothomb, son la parte más divertida y para mí la más Nothomb de todas cuando habla de las desgracias que vivía su padre allí y que en cambio transformaba en las mejores aventuras de las vacaciones haciendo gala de esa capacidad imaginativa que Amélie ha heredado.
Como siempre me pasa con esta escritora, el libro me ha encantado, la historia entera pero sobre todo su manera de narrarla y la prosa que utiliza que es lo que a mí me más me engancha de ella, me parece que tiene una escritura muy inteligente capaz de atrapar al lector, es más, yo creo que Nothomb es una escritora que o te encanta o no te gusta nada, no hay término medio.
De nuevo no es que os invite a leer esta última obra de la escritora, que además se lee rapidísimo porque es muy cortita, es que os animo a adentraros en el universo Nothomb si os gusta leer un tipo de literatura diferente y que os haga reflexionar.
Una vez más esta lectura también tiene B.S y ha sido una pieza únicamente musical del francés Yann Tiersen, para los que no sepáis quién es deciros que es el compositor de la banda sonora de Amélie, quizás es su obra más reconocida a nivel comercial, pero tiene discos realmente buenísimos.
Yann Tiersen es al que acudo cuando estoy trabajando en cosas para las que necesito estar muy concentrada, normalmente siempre escucho un disco suyo publicado en 2019 que se llama All y que contiene una canción que realmente me hace volar, Tempelhof.
La B.S de esta lectura forma parte de la banda sonora que el compositor creó para una película que me encanta, Good Bye, Lenin!
Esta banda sonora es preciosa, todo enterita, pero he elegido el tema que más me gusta que se llama Lara’s Castle porque me transportaba directamente a cuando Patrick Nothomb debió de llegar a Pont d’Oye a conocer a su familia paterna.
Amélie y Yann creo que conjugan muy bien, así que leedla y escuchadlo.
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