Tendemos siempre a asociar la infancia a un momento dulce de nuestra vida y es que es cierto, muchos de nuestros recuerdos más entrañables son de ese momento vital, pero también tenemos asociados a esa época algunos de nuestros traumas, grandes y pequeños.
Dientes de leche es un libro de 12 relatos en el cual los protagonistas son los niños y se plasma esa no tan dulce infancia, un libro duro emocionalmente.
De nuevo esta lectura llegó a mí por lo que vi de Dientes de Leche en Twitter, puesto que no dejaba de ver gente que me gusta lo que suele proponer recomendando su lectura o comentando que lo habían empezado a leer.
En concreto, la que para mí es una de las reinas del relato patrio, Julia Viejo, escritora de En la celda había una luciérnaga, libro del cual tenéis aquí mi reseña.
Hasta que no conocí el libro de Julia, los libros de relatos eran un género que no había leído, ni siquiera prestado atención, pero cuando supe sobre la temática de Dientes de Leche tuve ganas de leerlo.
He de decir que no ha sido una lectura cómoda, más bien todo lo contrario, bastante dura.
Dientes de Leche está escrito por Lana Bastašic, croata afincada en Barcelona, y es su segundo libro publicado, éste ha sido editado por Sexto Piso, he echado un ojo al catálogo de la editorial y debo decir que me han llamado la atención varios de sus títulos como El agua del Lago nunca es Dulce.
Al lío, como comentaba son 12 relatos bastante cortitos y fáciles de leer, yo leí el libro en día y medio, y los protagonistas de todos son niños, niños no al uso, o no como todos tendemos a ver a los niños o pensar cómo son, me incluyo, son niños fuertes y que tienen que tomar decisiones radicales por sí mismos, de ahí la dureza de la lectura de la que hablaba.
En estos relatos se habla de la familia, del maltrato, del abuso, de Dios, de la muerte y en ocasiones, no sabes si lo que se plasma es un relato que podría ser real o que sólo ocurría en la imaginación de ese niño o niña frente a una situación dura.
Todos solemos pensar que la infancia es algo inocente, bonito y sobre todo, son muchos los que infravaloran a los niños, no hace demasiado estuve hablando con una amiga al respecto, el cómo en muchas ocasiones, todos infravaloramos a los niños y me da una pena tremenda haberlo hecho en muchas ocasiones, creyéndolos seres de “segunda categoría” cuando en realidad lo más bonito de esta sociedad son ellos, que son nuestro futuro.
Esta lectura te remueve, aunque ya os digo que yo no me he sentido demasiado cómoda con alguno de los relatos, me ha servido para analizarme sobre cómo me comporto como madre, algo que hago de manera habitual desde que lo soy.
Soy la primera que muchas veces tiene la sensación que los niños no se enteran o no se dan cuenta de las cosas, de problemas que podamos tener en casa sean de la índole que sean, y no es así, te paras a analizar, ya no como madre, como niña que en algún momento fui y me daba cuenta de todo, de demasiado.
Yo tuve una infancia bonita en muchos momentos, pero en algún momento de mi vida mi cabeza hizo click y me volví sufridora, sufría por muchísimas cosas, propias y ajenas y esto se dilató hasta la adolescencia.
Quizás este es el motivo por el que Dientes de Leche me ha roto el corazón un poquito al leerlo.
La prosa que Lana utiliza es preciosa, no puedo quedarme con un solo relato, me ha encantado Dios de Miel, Ácido, El Hada de los Dientes, Pan o Recital, de los cuales no desvelo nada porque es un libro que merece la pena ser leído.
Como siempre, mi lectura tiene BS y ha sido una canción de un grupo que me chifla, tanto a mí como a mi hijo, y es Sidonie, porque como una vez le escuché decir a su cantante, Marc Ros, algunas de las canciones de Sidonie están pensadas para los niños, de hecho, es el grupo preferido de mi hijo y fue al primer grupo “de mayores” que vio en directo.
La canción de este libro es una canción que me traslada a esa infancia que todos los niños merecen vivir, la infancia llena de fantasía y cosas bonitas que descubrir, Un día más en la vida.
Sin comentarios