Arrancas un libro que sabes que te va a costar, lo tienes clarinete, no es un libro que has elegido, es un libro que te han regalado, pero todo y sabiendo que no te va a gustar decides darle la oportunidad y ahora que está la película en cartelera crees que es el mejor momento.
Pues eso es lo que me ha pasado con Los Renglones Torcidos de Dios, un libro que jamás debería haber leído.
Soy una ferviente defensora de siempre leer el libro antes que ver la película o serie, es algo que siempre digo y hago, pero esta vez me equivoqué y seguramente la película de Los Renglones Torcidos de Dioses mucho mejor que el libro.
Es un libro tedioso, lioso y muy enrevesado del que la sensación que me he llevado es que Torcuato Luca de Tena, su autor, se enredó en el argumento o se quedó medio cucú al pasarse una temporada en el sanatorio mental en el que se autointernó para poder escribirlo.
Todo esto lo estoy escribiendo porque este señor falleció en el año 99, ya que no me gusta desprestigiar el trabajo de nadie y menos de un escritor con su bagaje, puesto que ha escrito poesía, novela, ensayo o teatro teniendo así un gran volumen de obras publicadas.
Seguramente habrá a quien le haya encantado, no ha sido mi caso, pero sí que debo decir que después de leerlo quiero ver la película dirigida por Oriol Paulo que tiene como protagonistas a la maravillosa Bárbara Lennie y Eduard Fernández, porque este libro para película sí que da.
Los Renglones Torcidos de Dios, por hacer un breve resumen, trata sobre Alicie Gould, una elegante mujer de origen inglés que decide autointernarse, o eso cree ella, en un sanatorio mental para descubrir el supuesto asesinato del padre de un conocido, porque ella es una prestigiosa detective.
Así es como arranca, pero vamos, que el libro tiene más de 500 páginas y desarrolla a todos los personajes que aparecen en profundidad, teniendo en cuenta que además todos internos o trabajadores del sanatorio y te hace estar en duda todo el rato de si la historia que Alice cuenta es real o producto de su imaginación.
El final me pareció bastante previsible y me sobraron muchísimas páginas, pero lo que sí que no voy a negar es que el trabajo que Torcuato debió de hacer es tremendo y que hay que tener muy buena cabeza para crear la trama y a todos los personajes.
A mí no es un libro que me haya gustado, repito, pero seguramente tendrá su gran público, se publicó en 1979 y debe tener muchísimas ediciones, pero a mí no me ha enganchado nada, de hecho cada vez que quería leer mi cabeza se inventaba un millón de excusas.
Todo y con eso hay una cosa positiva que debo señalar de mi lectura y es que la Banda Sonora de la películame ha encantado, es la ideal para cuando estás trabajando o necesitas concentración.
El creador de la banda sonora de la película es Fernando Velázquez que tiene un Grammy Latino y un Goya entre otros premios y suyas son las bandas sonoras de por ejemplo El Orfanto, Lo Imposible, Un Monstruo Viene a Verme y un larguísimo etc.
Es por eso que la B.S de esta lectura está firmada por Fernando Velázquez con el tema Alice Gould de la banda sonora de la película.
Después de todo esto solo os diré que a pesar de no haberme gustado seguiré defendiendo al libro siempre antes que a la pantalla.
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