Querido Capullo de la reina Virginie Despentes se podría haber quedado en TANTOS, ¿o acaso no conocéis a más de un capullo con el que incluso tenéis que convivir? En el trabajo, en la universidad, en tu propia familia, en el día a día… hay tantos que seguro que no os costará reconocerlos.
Para mí Virgnie Despentes es una escritora y directora de cine de referencia en el feminismo del panorama internacional, y con Querido Capullo sigue dejando patente esa posición.
Allá por los dosmiles era bastante fácil encontrarse, cruzarse o acabar de fiesta con gente del mundo de la cultura de Barcelona, quizás ahora también, pero yo ya soy mayor y no me prodigo por eventos y fiestas como en esa época en la que yo tenía veinte pocos años y no me perdía un sarao fuera lunes o sábado.
Sin profundizar más en nada, en esa época me crucé varias veces con Despentes sin yo saber en ese momento quién era y que muchos años después pasaría a ser para mí una autora y pensadora del feminismo radical importantísima.
De la Despentes tengo en mi montaña de pendientes Apocalipsis Bebé, he leído Fóllame que me chifló y obviamente Teoría King Kong, un libro que leí hace bastante y que es imprescindible para adentrarse en el feminismo actual.
La vinculación del nombre de Despentes al feminismo es tal que hasta Rigoberta Bandini en Perra le dedica unas líneas:
“esto de nacer mujeres, en el tiempo de Despentes, es difícil, no sé por dónde empezar…”
Pero vamos al turrón, Querido Capullo es una novela epistolar (email) entre Óscar y Rebeca aunque también va apareciendo Zoé, que es protagonista de la historia.
Oscar es un escritor que es un capullo muy capullo, porque lo peor de los capullos es que lo son y no lo saben, cosa que le pasa a Oscar, Rebeca una actriz de renombre entrada en la cincuentena en pleno declive de su carrera y Zoé la que fuera jefa de prensa de la editorial de Oscar a la que él acosó, destrozó psicológicamente y ella acabó denunciando.
Oscar, el capullo, se cruza un día por la calle con Rebeca y no se le ocurre otra cosa que ponerla de vuelta y media en sus RRSS comentando el paso del tiempo para la que fuera una actriz reputada y bellísima.
Pero, obviamente, toda la mierda que echa de ella se le vuelve como un boomerang, porque Rebeca se entera de esto y le manda un primer email que arranca con un “Querido Capullo” y continua con “eres como si una paloma se me cagara en el hombro: una guarrada asquerosa”, desternillante ya desde buen inicio la caña que Rebeca le da a Oscar.
A pesar de esto, ambos encuentran puntos en común en su vida como por ejemplo la soledad en la que viven que es precisamente lo que hace que surja una amistad entre ellos, entrelazando aún más sus vidas.
En la novela se trata el #MeToo, las RRSS, las adicciones, el feminismo, la cancelación, el edadismo, la pandemia, etc.
Los personajes en el inicio de la novela aparecen a kilómetros los unos de los otros, pero a medida que avanzamos en la lectura, unos y otros van acercando posiciones hasta llegar a tener algunos puntos en común o tornarse más empáticos los unos con los otros.
Realmente este tema de la empatía es quizás lo que Virginie quiere dejar patente en esta novela, además de muchísimas cosas que estoy segura que mi cabeza no llega a entender, pero me quedo con eso, con que a pesar de vivir en un mundo salvaje y regido por las leyes que se nos marcan a todos los niveles y que eso nos lleve a tener pensamientos opuestos los unos con los otros, siempre se pueden acercar posturas, evolucionar y cambiar de pensamiento.
No es algo fácil y menos con según qué temas, pero no es algo imposible, me quedo con eso, un capullo puede dejar de serlo o de al menos parecerlo si logra evolucionar acorde con el momento que lo rodea, porque no todo permanece para siempre.
Mi BS hubiera sido muy obvia, Perra de Rigoberta, pero esa canción ya fue BS de otra lectura, así que no sé si llevada por el boom de Saltburn o porque es una canción que de repente sale en todos los videos de IG me quedé en la cabeza con Murder on the Dancefloor de Sophie Ellis-Bextor, no tiene nada que ver con esta lectura, pero aquí queda.
Una vez más acabo mi post igual, recomendando a Virgnie Despentes, para abrir mentes, si empezáis con ella, da igual con qué lo hagáis porque es una escritora punky que te apunta directa a la cabeza, pero sí que os pediría que en algún momento leáis Teoría King Kong, es necesario.
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