Miqui Otero ha sido uno de los escritores que este 2021 me ha regalado, la verdad es que 2021 ha sido un año de grandes descubrimientos, pero Miqui ha sido mi gran descubrimiento literario en mayúsculas.
Su libro, Simón, salió a finales del 2020, que es cuando lo compré, después de oír mucho sobre él, y escuchar la voz pausada de Miqui como colaborador en Rac1, pero por lecturas acumuladas, no lo empecé hasta Enero de este año.
El impacto de este libro fue brutal, lo leí en muy pocos días, lo he recomendado hasta la saciedad, y lo sigo haciendo, que yo sepa, al menos 5 personas lo han comprado hasta el momento por el entusiasmo con el que hablo siempre de Simón.
El primer día que lo empecé, leí una frase que me hizo llorar sin parar, que tengo grabada, que ya es una frase de vida “no quiero que no te quedes, quiero que no te vayas” una frase que Simón el protagonista del libro, le dice a su querido primo, Rico.
Tanto me gusta esa frase, que le pedí en la firma de Sant Jordi a Miqui que me dedicara el libro por esa página.
Simón es un libro bello, uno de los libros más bonitos que he leído nunca, por eso he leído Rayos, por lo mucho que Simón me gustó.
No puedo decir que Rayos me haya gustado igual que su sucesor, porque es complicado, pero sí que puedo decir que me ha gustado bastante, que lo he leído en muy pocos días y que me gusta mucho como Miqui escribe, su estilo con el que conecto totalmente.
Imagino que ser contemporáneos, que el hecho de haber vivido prácticamente toda mi vida en Barcelona, que conozco todos los lugares de los que habla, que fui niña igual que él a finales de los 90’s, que he vivido esa Barcelona de los 2000, post olímpica, una ciudad que cambió y pasó de ser gris a llenarse de colores, de turistas y a vivir de cara al mar.
A pesar que no me gusta leer versiones bolsillo, ha sido como lo he leído, editado por Blackie Books que es la editorial con la que Miqui ha publicado tanto Rayos como Simón.
Rayos es como se llama la pandilla o grupo de amigos de Fidel, el protagonista de la novela y sus 3 amigos.
El nombre de Rayos hace referencia a uno de los lugares más bonitos de Barcelona, y que tanto si eres de aquí, como si solo has pasado haciendo turismo, o quizás, jamás has pisado la ciudad Condal, sabes qué es, y son los 9 rayos como 9 letras tiene la ciudad de Barcelona que salen desde detrás del MNAC, iluminando el cielo barcelonés casi todas las noches, ya solo eso, me parece una oda a la ciudad, y eso no puedo evitar que me enamore.
Fidel y los Rayos son el reflejo de mi generación niños en los 90’s, jóvenes que “empiezan” su vida al inicio de los 2000, viviendo en uno de los barrios barceloneses que más transformación sufrió en esa época, el Raval, viviendo ese boom turístico e inmobiliario y los problemas que trajeron.
Esta novela que se publicó en el 2016, es un poco también apología de lo que a muchos nos pasó antes de los 30, el querer cantar todo el rato: Forever Young, I wanna be forever Young… sus personajes se niegan a madurar o ni se lo plantean, de hecho, hay en un trozo del libro, que Fidel le dice a Brais, uno de sus amigos, que cree que serán jóvenes demasiado tiempo, porque ninguno de ellos asume esas responsabilidades que se supone que llegados a cierta edad debemos tener, que siguen haciendo lo mismo de siempre, incluido emborracharse, aunque las resacas ahora sean peores, ¿a quién no le ha pasado?
Fidel es bastante desastre, pero conecté con él desde el primer momento, y es que tenemos una característica común, que todo el que me conoce lo sabe, y es que tengo 0 sentido de la orientación, soy capaz de perderme en mi barrio, y si muchas veces no lo hago, es porque tengo memoria fotográfica y me guío por las tiendas y los restaurantes o bares, vamos, lo que me interesa, pero jamás me preguntes por una calle, porque no, no sabré cuál es.
A Fidel le ocurre lo mismo, pero elevado a la máxima potencia, y solo sabe guiarse por los rayos de luz del MNAC, este pequeño detalle es realmente precioso.
El libro viaja constantemente entre los recuerdos de Fidel de pequeño, las historias de sus padres en Galicia y el momento actual de él, sus amigos, Bárbara, su amor desde la niñez, Diana su nueva amiga especial, Tinet, un vecino al que decide ayudar, o al menos, dar apoyo moral y su trabajo en un periódico.
Todo esto me lleva a pensar cuánto habrá de historia propia de Miqui en esta novela, ¡quién sabe!
Mi Banda Sonora de esta lectura, ha sido Dorian, un grupo barcelonés que me encanta, en 2004 sacaron 10.000 Metrópolis y me lo compré, por eso Rayos me trasladó a esa banda totalmente… época del Nitsa, del Apolo, de los festivales… pero la canción elegida es una canción de hace menos, que la banda canta junto a Santi Balmes, Los amigos que perdí, sobre todo, este trocito que creo que podría cantar Fidel:
Trato de salir de mi mente
Me esfuerzo por desaprender
Recorro el camino inverso
Busco el origen
Busco algo ahí fuera
Aquí os la dejo entera, en “Un libro, una canción”.
Solo os puedo decir algo, leed a Miqui, empezad por el que queráis, creo que Miqui va a regalarnos muchas más novelas de vida, estoy segura, y discutiré infinito, como lo hecho con algún amigo de fuera de Barcelona, que quizás tenga razón y es un escritor muy de nuestra ciudad, pero es muy buen narrador de una generación, mi generación y eso, me encanta, no necesito más.
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