Tengo algunos recuerdos de mi infancia muy presentes, como mi primer día de cole en el que de lo mucho que lloré me vomité encima o un día que mi padre se olvidó de recogernos del cole y se hizo de noche, cuando nació mi hermano y de cogerlo en brazos con casi dos años como si fuera un muñeco, o de cuando mi bisabuelo me recogía del cole y me llevaba al hogar del pensionista.
Imagino que por eso mi última lectura me ha removido un poco, porque como la protagonista de la misma, tenía un mundo interior bastante fuerte y vivía un poco en una realidad paralela dentro de mis pensamientos.