Si escribieras, probablemente lo harías sin un orden, o al menos, todos los que intentamos poner negro sobre blanco lo que llevamos dentro a modo de terapia, lo hacemos, escribimos a borbotones, y a veces sin sentido.
Esto es lo que hace Pol Guasch con “Napalm al cor”, con la diferencia abismal que él sí que consigue darle sentido a todo, que haya una melodía y que leerlo sea un paseo por un paraje bellamente desolado, desbordante de sentimientos que se asemeja a muchas cosas, todas hermosas.