La versión filmográfica de este libro, ha sido la primera producción propia de Filmin, y creo que no podían tener un mejor estreno que hacerlo con este libro de Carlo Padial.
Hoy es el Día de las Escritoras, y como buena Ávida Lectora, sobre todo de mujeres, no podía faltar a mi posteo, es un día de celebración, y más con el buen momento que ahora mismo vive la literatura y sobre todo las escritoras, tanto las nacionales como internacionales que están teniendo en estos tiempos mucha cobertura mediática y social.
Son muchísimas las autoras que a lo largo de mi vida he leído, desde Enid Blyton pasando por Yasmina Reza, Arundhati Roy, Agatha Christie, Jane Austen o Marian Keyes, ellas son solo algunas a las que he leído, pero en especial tengo dos escritoras preferidas, y no es que sean mis escritoras preferidas, es que si me dan a elegir entre cualquier escritor o escritora, las elegiría a ambas.
Miqui Otero ha sido uno de los escritores que este 2021 me ha regalado, la verdad es que 2021 ha sido un año de grandes descubrimientos, pero Miqui ha sido mi gran descubrimiento literario en mayúsculas.
Su libro, Simón, salió a finales del 2020, que es cuando lo compré, después de oír mucho sobre él, y escuchar la voz pausada de Miqui como colaborador en Rac1, pero por lecturas acumuladas, no lo empecé hasta Enero de este año.
En mi vida tengo otres Mesías, o Guías Espirituales, totales y absolutos que para mí, todo lo que hagan está perfecto, me encantan y es más, creo en ellos fervientemente y les hago caso en muchas cosas, por no decir en todo, pero esto da para otro post que ya escribiré.
De toda la vida me ha pasado algo curioso, y es que le pongo Banda Sonora a todo.
A los momentos vitales, a las relaciones, imagino todo tipo de situaciones que quiero que me pasen poniéndoles música, camino por la calle siempre escuchando música, trabajando, limpiando, leyendo y esto me pasa desde muy pequeña, ya que imagino que como con la lectura, en mi casa siempre había música sonando, teníamos tocadiscos y radio hasta que llegó a casa la mini cadena, para dar paso más tarde al Walkman, y el DiscMan, que eso ya en mi vida, fue el locurón, música solo para mis orejas y mi cabeza.